D

Una de las cosas con las que más disfruto de la vida es hablar con alguien sin prestar atención al tiempo, descubrir los conocimientos que posee la otra persona, cómo ve las cosas y aprender de ella.

Entregarme en la conversación en los que se tocan diversos temas, todos enlazados con naturalidad y sin interrupción, igual que contar una historia.

Últimamente sólo me ha pasado con D. y con A., los dos muy distintos pero con un abanico sorprendente de conversaciones y con los que te apetece indagar más en ellos. Supongo que son un buen ejemplo de una frase de Dante (personaje de la película Martín Hache) "...Hay que follarse a las mentes".

Pero en está ocasión nos centraremos en  D., cuya su sola presencia es capaz de tranquilizar a cualquiera de su alrededor. Llegando a ser la personalización de la realidad y el optimismo.

Obviamente, tendrá sus defectos pero no los conozco todos. Si puedo decir que si tienes alguna emergencia no le manden whassaps ya que tardará en responder y más si está ocupado.
También, le gusta tener las cosas más o menos organizadas o por lo menos planteadas.
Sin contar que si lo llevas algún acto social mejor no sea una fiesta, porque no bebe y prefiere tener una buena conversación o pasear, aunque sea las tantas de la noche.

Así que, alguna persona que quiera conocerlo y sea hiperactiva, haga las cosas alocadamente o se enoja cuando no le contesten a whassap, le recomiendo que aprenda a ser paciente porque vale la pena.

Todo esto no es más que una despedida temporal, ya que creo que es una de las personas que más voy a echar de menos y eso que no se va muy lejos.

Siempre me acordaré  de su figura sentada en el patio de la universidad, de sus preocupaciones antes de algún examen o cómo miraba el paisaje en la excursión de Gredos.

No me di cuenta de lo mucho que lo extrañaría hasta que en el último encuentro me coló la mano en la espalda, tranquilizándome sin que él lo supiera, y me mirase con un media sonrisa en su cara.

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