Córdoba



Mi madre la dejé con las carnes abiertas cuando le dije que ya tenía con mis amigas las habitaciones de albergue en Córdoba.

El miércoles 29 cogimos el tren a las nueve de la mañana, nos llevó la madre de Marta. En la estación compramos los billetes y esperamos a Belén. Una vez que estuvimos todas nos subimos al tren.

Durante el viaje hablamos de diversas cosas y plantificamos lo que íbamos a visitar esa mañana.



Al llegar cogimos un autobús para llegar al albergue. Las habitaciones estaban muy bien eran amplias, tenían aire acondicionado y vistas a jardín interior.

Después de instalarnos visitamos la mezquita, donde Marta bebió el agua de una fuente que estaba en un olivo y Bea cayó un banco sin querer.

Luego paseamos por el Puente Romano, pasamos por la Puerta del Puente y vimos la Torre de la Calahorra, en la cual explicaba un poco la cultura y costumbres de los árabes, aunque nos se nos quedo muchas cosas aprendimos palabras nuevas, observamos unas preciosas vistas desde la azotea y maquetas increíbles.



Almorzamos unos bocadillos que traíamos de nuestras casas en las habitaciones del albergue ( con el aire acondicionado) y pasamos la calor jugando a las cartas, riéndonos y planificando lo que íbamos hacer esa tarde.

A las cinco fuimos a la Plaza de las Tendillas, vimos el Cristo de los Faroles y estuvimos tomando un refresco en la Plaza Corredera. Allí hubo un discusión entre un chino y un niño que le había escupido en la camiseta, una vez que se solucionó el problema debatimos sobre la educación que hay actualmente.
A la vuelta nos encontramos una tienda hippy, donde Marta se compró unos pantalones, Bea casi se compra un bikini .

Por la noche cenamos en un bar cerca de la muerta de la muralla. Cenamos muy bien, pero el salmorejo nos estaba muy bueno. Luego dimos una vuelta por el Puente Romano y nos perdimos al buscar una tetería.




A la mañana siguiente supuestamente nos teníamos que levantar a las ocho y media, pero por un fallo técnico ( mas bien mio) nos levantamos a las siete y media y no volvimos a dormir.

Desayunamos en el comedor y hablamos de los que íbamos hacer. Después de terminar de arreglarnos fuimos a la sinagoga, el Alcázar, el Zoco Municipal y la Casa Andalusí donde aprendimos como se hacía el papel, vimos un una fuente preciosa con pétalos, una sala llena de libros con algunas teteras y un globo del mundo de aquella época y el sótano que lo único que había interesante era un pozo.



Más tarde comimos en un bar que nos aconsejó un amigo de Bea, del cual no me acuerdo su nombre. Pedimos para el centro flamenquín, croqueta y picadillo, aparte tres salmorejos que estaban muy buenos y dos pulpos aliñados que estaban un poco picantes pero buenos.

En las horas de calor estuvimos en las habitaciones. Algunas se echaron una buena siesta, las demás jugamos a las cartas y hablamos sobre libros y música.

Por la tarde tomamos unos refrescos y helado en un bar en le Paseo de la Victoria y vimos algunas tiendas del paseo.

Por la noche Belen nos maquilló a la mayoría y cenamos en la Plaza de las Tendillas,
Luego estuvimos en un bar llamado Long Rock, que era chulísimo, con buena música y un decorado increíble.


A la mañana siguiente nos costó trabajo levantarnos. Desayunamos sin prisa y vimos lo que nos faltaba.
Por la tarde fuimos a la estación de tren, parecíamos que no podíamos con nuestra alma. En el tren pasamos un buen rato hablando con unos compañeros de vagón: un músico, un estudiante para cura y un matrimonio.

Comentarios

  1. k pedazo de viaje señoras! el verano k viene mas asik ya podeis ir pensando dnd os gustaria ir y dando sugerencias!!

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