D
Una de las cosas con las que más disfruto de la vida es hablar con alguien sin prestar atención al tiempo, descubrir los conocimientos que posee la otra persona, cómo ve las cosas y aprender de ella. Entregarme en la conversación en los que se tocan diversos temas, todos enlazados con naturalidad y sin interrupción, igual que contar una historia. Últimamente sólo me ha pasado con D. y con A., los dos muy distintos pero con un abanico sorprendente de conversaciones y con los que te apetece indagar más en ellos. Supongo que son un buen ejemplo de una frase de Dante (personaje de la película Martín Hache) "...Hay que follarse a las mentes". Pero en está ocasión nos centraremos en D., cuya su sola presencia es capaz de tranquilizar a cualquiera de su alrededor. Llegando a ser la personalización de la realidad y el optimismo. Obviamente, tendrá sus defectos pero no los conozco todos. Si puedo decir que si tienes alguna emergencia no le manden whassaps ya que tardará en re...